sábado, 15 de junio de 2013

Parafraseando a Alejandro Dolina



Definitivamente, el Odio nos está ganando…
Hace muy poco leía un artículo sobre la neurociencia y el voto, donde decía que las decisiones complejas que tomamos los seres humanos terminan siempre influidas por los sentimientos, por lo emocional.   En la gran mayoría de las personas no importa cuan inteligentes seamos, cuantos estudios o títulos avalen nuestras decisiones, cuanta racionalidad ostentemos: lo emocional siempre interfiere en cierto tipos de decisiones complejas.   De esta forma acomodaremos la información que nos den a la parcialidad o preferencia que nosotros previamente habíamos tomado.  Es decir, si vos ya decidiste ser anti K o K no importa que razonable sea la explicación que te den sobre algo, vos vas a acomodarlo (inconscientemente) para que esté de acuerdo a tu forma de pensar.   Esto no sería grave mas que cierta parcialidad “irracional” en las opiniones o decisiones que se realicen.  El problema cierto es cuando dentro de cada uno de nosotros se siembra la semilla del odio.   Para los anti K es muy fácil ver el odio que moviliza a D´elía porque lo hace explícito.  Ahora que las declaraciones de la Sra. Presidente le generen odio están muchas veces motivados por las formas en que los medios dan a conocer los discursos, los títulos, las aclaraciones, las descontextualizaciones, en definitiva la edición de la nota. Una vez que ya odiamos a alguien, todo lo que haga y diga nos va a molestar.   Lanata hoy y Clarín en todos sus medios es el D´elía de la oposición.  A un anti K no le importa que después de sus dichos se demuestre que era falso, que no había información cierta, que se tergiversen datos, que le mientan, lisa y llanamente; de todo lo que se diga después ya nada importa, la semilla del odio fue la que entró, el odio y la intolerancia.   Lo mismo ocurre desde el oficialismo cuando quienes hablan son los “D´elia” las realidades se acomodan al querer ver que todo está bien y todo mal con los “enemigos del modelo”.  El oficialismo insta a no ser TIBIOS! Eso, traducido, significa: “no te importe que seamos corruptos, todo lo que dice Clarín es mentira, lo importante es que tenemos una década ganada”. 
Luego, una vez que tomamos posición, no nos va a importar lo malo o lo bueno que nos informen.  Estaremos esperando una buena noticia o una mala noticia para justificar nuestra decisión ignorando por completo lo otro.  No existe y si existe no importa porque no justifica que yo cambie mi postura.
Esto, lisa y llanamente está gestando una ruptura gravísima en la sociedad.  Como dijo Dolina, el odio nos está venciendo y el odio SI fue lo que generó el NAZISMO, no el nacionalismo, no el populismo.   En la Alemania Nazi lo que unió al pueblo fue que se alentó al odio, a lo peor que cada uno lleva dentro.   Lo mismo ocurrió en cada genocidio.  La gente no es buena o mala, la gente es buena y mala al mismo tiempo y cuando nos alientan y nos llevan a actuar con odio lo peor de nosotros va a surgir.  No importa que seas cristiano, judío, ateo, musulmán, agnóstico, no importan tus creencias, tu moral, al momento del odio lo peor tuyo va a surgir y vas a justificar tus acciones en toda esa basura que te estuvieron alentando durante años.   Todos debemos frenar, esperar, repensar lo que vamos a decir, a escribir, a hacer,  preguntarnos si, por mas sublime que nos parezcan las palabras, están o no surgidas del odio.   Porque el odio es una cadena, una cada de terror, una cadena de tristeza.   Un ejemplo claro de esto es lo que pasó con esta niña Ángeles, un horror, un golpe directo a nuestros valores, todos la hicimos nuestra hija, nuestra sobrina, nuestra, y al verla aparecer muerta nos mataron una hija, nos violaron una hija según lo que se informó en un primer término,  y la cadena de odio se disparó,  la semilla de la inseguridad, de la desidia K latente en nuestra cabeza germinó de golpe y un huracán de odio se desparramó por todos lados.   Y, en este caso, al parecer no tenía nada que ver la inseguridad, hay algo mas terrorífico pero particular.  Lo mismo sucedió con el accidente en el Sarmiento, nuevamente todas las semillas del odio surgieron, puede que sea cierto que nuevamente sea responsabilidad de la desidia de quienes nos gobiernan, pero puede que no.   Ya no importa, las cadenas de odio surgen de uno y otro lado.   
Parafraseando a León Gieco: No hay reacciones en cadena si no sirvo de eslabón.  Cortemos la cadena del Odio, Salvemos nuestra Argentina, que la formamos todos Los K, los Anti K y los que intentamos mantenernos en el centro, si: los TIBIOS para unos, los K encubiertos para otros.   
Que no te domine el odio, que no te domine la intolerancia.  Todos tus problemas personales, todas tus frustraciones, tus tristezas, tus miedos no tienen que alimentar al odio porque ahí si que vamos a tener un país para muy pocos, sea quien sea el que domine.
Hacelo por quien mas ames, por mas que parezca utópico el amor fraternal entre los argentinos tiene que ser mas fuerte que las diferencias ideológicas.  
Que no nos vuelva a ganar el Terror.   

https://www.youtube.com/watch?v=nPu7GUoS-kE  (León Gieco y Gustavo Santaolalla)

lunes, 29 de abril de 2013

Arde Argentina

Hablemos de Política...
Desde aquel "que se vayan todos" del 2001 en la Argentina han habido grandes cambios, no solo en lo económico-social, también han habido algunos grandes cambios en la participación ciudadana y en el ejercicio de los derechos democráticos.  Lamentablemente, algunos de los cambios mas esperados no han llegado, entre ellos la honestidad de los dirigentes.   En tal sentido, viendo las propuestas de cada partido político, aún los partidos partidos y repartidos como es hoy el peronismo o justicialismo, los políticos que se postulan están lejos de ser ejemplos de honestidad y decencia.  La moral y la ética han ido cambiando por necesidad y los argentinos estamos obligados a votar por el que pareciera que va a ser menos corrupto o por la corrupción que nos beneficie dependiendo de que condiciones socioculturales tengamos, digamos a que clase social pertenezcamos.
Veo desgarrarse las vestiduras ante las denuncias de periodistas (en todos los medios) sobre actos de corrupción en los actuales gobiernos (sea el nacional, municipal o provincial) y al mismo tiempo desoír las acusaciones que les hacen a los políticos de los que se es partidario.
Es imprescindible incluir a los sindicalistas dentro de los mas corruptos para entender que se perpetúan en el poder al que llegaron, en muchos casos, a través de la violencia, sin que nadie pueda modificar las formas de elecciones haciendo que en ningún caso puedan permanecer durante mas de dos períodos.
Leyendo un poco de historia vemos que no hay partido político ni sindicato limpio, quizás solo aquellos que nunca tuvieron la oportunidad de acceder al poder, pero quizás sea solo justamente por eso.
Por otro lado tenemos una lógica que nos dice que el solo hecho de ser honesto no garantiza que sean personas idóneas para los cargos administrativos y ejecutivos que deben realizar. Es simple entender que alguien que debe asignar partidas presupuestarias, además de controlar que todas estén libres de corrupción, las mismas deben estar bien asignadas, dentro de un proyecto, dentro de un programa a largo plazo con objetivos claros y coherentes con las políticas que los llevaron al poder.  
La honestidad se demuestra durante el ejercicio del poder, no antes.
La cuestión es ¿quienes son esas personas honestas e idóneas para ejercer los cargos ejecutivos y legislativos?  ¿Están dentro de los partidos políticos? ¿Podrían seguir siendo honestos luego de ser electos para los diferentes puestos?   Cuando se buscan políticos honestos indefectiblemente se deben buscar en ejemplos de comienzos o mediados del siglo pasado.  
Me pregunto: Si la sociedad adoptó la corrupción en sus diferentes matices como forma de movilizar todos sus diferentes engranajes,  ¿Puede una persona honesta hacer algo sin caer de una u otra forma en un acto de corrupción?
Y entramos nuevamente en la gran duda filosófica ¿existe la persona honesta?
Por último, supongamos que encontráramos a la persona honesta, pero da la casualidad que pertenece a ideas políticas contrarias a nuestros principios... ¿Lo votamos igual por ser honesto o queda descartado de lleno porque no hará la política que nosotros queremos?
Digamos que lamentablemente la honestidad va a quedar en un segundo plano y tendremos que estar permanentemente disconformes con la corrupción de los diferentes gobiernos que se sucedan.  No se trata de aprobar y contribuir con la corrupción sino aceptar que por ahora es algo demasiado enraizado en todas las formas de administración (pública o privada) y dentro de los tres poderes republicanos.
Solo resta ponernos de acuerdo como sociedad, mas allá de las ideas partidarias que tengamos, que aquel "que se vayan todos" no se cumplió pero buscar la forma para que sea cierto incluyendo las palabras "los corruptos" a la frase.  
Como expresión de deseo les digo que "Quisiera llegar a ver un gran juicio, como el juicio a las juntas,  donde todos los políticos y sindicalistas pasen por el banquillo demostrando como hicieron las fortunas y devolviendo al estado hasta el último centavo."